miércoles, 23 de julio de 2014

La reforma escolar como estrategia de Estado. Parte II "La escuela de Pinocho"

PARTE II
“LA ESCUELA DE PINOCHO”
Por Abigail Truchsess

¿La escuela prepara a los niños para la vida?
Pinocho camino a la escuela sueña con aprender a leer hoy y escribir mañana, pero el sonido de los pífanos y los golpes de bombo llaman su atención, están anunciando el  Gran Teatro de Títeres.  
Él cambia su libro “Abecedario” que le había comprado Geppetto con mucho sacrificio, vendiendo su único abrigo, por monedas para pagar la entrada al teatro.  
Así,  mientras Geppeto tiembla de frío en su casa, Pinocho ríe a carcajadas viendo una comedia. 
En sus aventuras, la vida siempre atrapa a Pinocho, es el dolor quien termina dándole la lección.

¿Es la escuela de hoy formadora de hombres y mujeres pensantes o adormece las mentes para mantener el statu quo? 
Pinocho dice: “Verdaderamente,  nosotros los chicos somos muy desgraciados, todos nos chillan, todos nos reprenden, todos nos dan consejos. Si los dejáramos, a todos se les metería ser nuestros padres y maestros”.
Pinocho no deja de tener razón, el favoritismo y la discriminación siguen siendo prácticas comunes en la escuela básica del país, sobre todo en los colegios privados y se los digo por experiencia propia.   Basta escuchar a más de un alumno que aconseja al otro diciendo: “A ella tienes que jalarle mecate para pasar”…  La memorización, el famoso caletre, es otra práctica frecuente. Si el alumno se sabe de memoria la lección, pasa la materia y cuando llega a quinto año de bachillerato, los padres deben pagar un curso propedéutico que los enseñe a pensar para aprobar los exámenes y entrar a la universidad. 
¿Forma consumidores o forma activadores de cultura?

Pinocho dice luego de dejarse engañar por la Zorra y el Gato, camino al Campo de los Milagros donde había sembrado sus monedas de oro: 
“¿Y si en vez de cinco mil encontrase cien mil monedas? Me convertiría en un gran señor… Quisiera tener un magnífico palacio, mil caballitos de madrera y mil caballerizas para poder jugar, una bodega de bombones, una repostería llena con toda clase de vinos; tortas, bizcochos, almendrados y pasteles con nata”.  

No son acaso las grandes mansiones hollywoodenses, los celulares de alta tecnología, los carros últimos modelos, las drogas el sexo y el alcohol el equivalente a este paraíso de bombones.   
¿Sigue siendo la escuela en la actualidad,  la escuela de Pinocho?
Si, definitivamente sí  y  me refiero específicamente a Venezuela.  
Esta historia continuará…

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